miércoles, 21 de abril de 2010

EL CRIMEN PERFECTO
Los llamados “crímenes” generalmente prescriben después de un cierto numero de años. Eso que ahora relato, y me siento en deber de hacerlo ocurrió hace 57 años.
Si alguien quisiera incriminarme, que lo haga, si me condenaran, ya cerca de los 80 años, gozaría de una apacible reclusión domiciliaria, libre de todas preocupaciones mundanas

En la adolescencia la primera lectura de Crimen y Castigo me puso frente al tema de la supresión de la vida de una persona sin que en la mente del autor de la occisión sea una acción reprochable.
Es cierto que el final de la obra es otro .
Fue tema de comentarios por mucho tiempo y sobre todo con Vittorio Palazzo.
Lo que mas hablamos era que, sea el suicidio, que la occisión de otra ser humano no siempre debe encuadrarse entre lo llamados pecados.
El pecado no es otra cosa que hacer un daño, provocar un dolor a otro ser humano.
Es dudoso, que la muerte, el instante que cesa la vida cause dolor y menos provoque daño al sujeto, si pero a otras personas allegadas al occiso, si la hay.
Por eso Rodin Roskolnokov, al matar de un hachazo a la vieja prestamista no hizo nada que pueda ser reprochable, porque el puede seguir convencido que no provocó daño y sufrimiento a otro ser humano .
Esta fue la conclusión a la cual llegamos.
Pero vamos a los hechos.
Aquella noche de crudo invierno de 1953 veníamos con Vittorio Palazzo de deleitarnos con la admirable interpretación teatral de Hamlet por Vittorio Gassman.
Volvimos a casa caminando, casi una hora y media .
un frio de como se dice .....
Así podíamos hablar de nuestras impresiones.
Pasando por el amplio y desierto acceso a la autopista sustrajimos alguna botellitas de coca cola de un camión, y yo encontré una barreta de hierro pesada, de esta que los camioneros usan, asi parece, para golpear los neumáticos, y me la llevé. Palazzo me miró, y no dijo nada
Llegamos adonde se eleva la autopista, con grande pilares y vimos una figura acurrucada, buscando de resguardarse del viento y del frío; parecía que se tapaba con todo lo pudo haber conseguido. Era un bulto de trapos.
Palazzo se le acercó ofreciéndole una de la botellita que había guardado en el bolsillo del sobretodo y yo con la barreta le descargué un golpe bien certero en la nuca.
Ya no había muchos temas para conversar y en diez o quince minutos llegamos a nuestras casas, quedando de vernos a la tarde siguiente.
Al día siguiente leímos una breve noticia en el diario.
Vittorio Bortoloso

1 comentario:

  1. Acabo de leerlo para toda la familia, y en vez de horrorizarnos con el relato, el comentario de mama fue: "es increible lo bien que realata el abuelo, eso es porque leyo mucho toda su vida".
    Tu historia tambien fue motivo de charla el domingo cuando nos juntamos con la flia calvo x el cumple de papa. Juelieta conto que habia leido lo que escribiste (dijo que no pudo comentarte nada xq no sabe como hacerse seguidora) y estuvimos debatiendo un rato largo sobre el tema.
    Yo llegue a la conclusion de que tu historia es verdad...

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